VOZ CRÓNICA
La gaceta del INC
Por: Eduardo Lores
Domingo 23 de Mayo del 2010
Recibo “La Gaceta Cultural del Perú” desde sus inicios hace cuarenta ediciones en la época en que Guillermo Lumbreras era director del INC; felizmente la actual dirección ha mantenido su calidad gráfica. Este último número de abril gira en torno a las políticas culturales, eternamente ausentes en nuestro país, que gracias a la cooperación española se comenzó a ventilar públicamente en el I Congreso Nacional de Políticas Culturales.
Aparte de un par de páginas de noticias de eventos del mismo instituto, el número 40 comienza con un artículo de Cecilia Bákula, su actual directora, sobre la gestión cultural del Estado, donde clama en el desierto —desde la pluralista perspectiva de García Canclini—, por lo que le falta al Perú: una política cultural explícita que vaya acompañada de un presupuesto ad hoc, leyes de mecenazgo, el famoso ministerio anunciado por el presidente Alan García, etc., etc., etc., es decir, todo.
Le sigue uno de Blanca Alva, también funcionaria del INC, que hace un recuento, en el mismo tenor, sobre la gestación de la institucionalidad cultural del Estado desde 1822 hasta nuestros días, y lo caracteriza como un período de “intenciones” pero no de políticas, al no haberse materializado las normas emitidas con las medidas administrativas y financieras necesarias para su ejecución. Es decir de leyes que han sido un saludo a la bandera o simplemente que son como aquellas buenas intenciones de las que está empedrado el camino al infierno.
Le sigue un artículo del pintor Herbert Rodríguez, que hace un recuento de otras intenciones más, esta vez las surgidas del mismo congreso. Buenas propuestas, solo falta un gobierno, más responsable que clientelista, que las entienda.
Uno de los mejores aportes es el de Carlo Trivelli sobre la reapertura del MALI, que matiza la argumentación economicista que le valió al museo privado el cuantioso aporte financiero del Mincetur, es decir, ofrecerse como una carretera del turismo, un imán para las divisas. Desde una perspectiva humanista, Trivelli postula que cuando la educación nacional forme a ciudadanos ávidos de artes y de cultura, todos querrán apoyarlas.
De allí en adelante la revista ofrece artículos variados, como el reporte sobre libros, editores y lectura en el Perú; el artículo “Qué chicha queremos”, una crítica de Efraín Rosas sobre la natural exclusión que sufre la música chicha, la cumbia y el nuevo folclor, incluso en el seno del congreso en mención; “Medios de comunicación y cultura”, de Pilar Tello, más buenas intenciones, ahora para los medios de comunicación del Estado, que nunca han dejado de ser de los gobiernos de turno. En “Memoria de la nación” nos enteramos de particularidades interesantes sobre el Archivo General de la Nación, que desde enero ha sido fusionado al INC. Lírico, por no decir cándido, es el artículo de Stefan Kaspar sobre las posibilidades cuasi utópicas que el entorno digital permitirá a los medios audiovisuales en los países emergentes, así sea. La cereza del postre es un artículo del flamante director del INC de Loreto, Christian Bendayán, sobre el pulmón del mundo que quiere convertirse en la conciencia de este.
Cierra el número un curioso artículo que desconcierta por su imprevisto humor (supongo) sobre el desalojo de la huaca Mateo Salado, en que el periodista escribe: “en medio de inusitadas, ruidosas y cirróticas reuniones, solían ir hasta las partes más altas del mismo para verter el ácido úrico de sus vejigas, suscitando con ello el colapso de los muros”
En la retira de la contraportada, una estafeta anuncia las últimas publicaciones del INC que están muy bien.
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La gaceta del INC
DOS POEMAS PARA LA MADRE
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EN MEMORIA A LUCHO BARRIOS
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PROHÍBEN OTRA VEZ NOVELA DE YEROVI
Censura contra el celebrado escritor está a punto de cumplir doce años
En abierto desafío a la orden de la Sala de Derecho Constitucional de la Corte Suprema que anuló la sentencia de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema -fechada el 9 de febrero de 2005, prohibiendo la publicación de la novela "Más allá del aroma" de Nicolás Yerovi-, y le ordenó que emita un nuevo pronunciamiento considerando el despropósito de tal resolución, la actual Sala Civil reincidió, por mayoría, en la censura.
Con tres votos de cinco los de Almenara Bryson, Castañeda Serrano y Álvarez López que respaldaron la censura, en contraposición a los de Palomino García y Távara Córdova que se pronunciaron en contra de ella, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema decidió atentar otra vez contra la libertad de expresión, la propiedad intelectual y el debido proceso, en agravio del conocido poeta, dramaturgo, novelista y periodista Nicolás Yerovi, negándole el derecho a publicar su novela "Más allá del aroma", como viene ocurriendo desde hace casi doce años.
El hostigamiento y el propósito de amedrentar a Yerovi fue iniciado en febrero de 1999 por funcionarios de INDECOPI nombrados por la dictadura de Fujimori y Montesinos, los mismos que acusaron a Yerovi -sarcástico y conocido crítico del régimen autoritario-, de "plagiarse a sí mismo" -como lo llamó a este caso la prensa internacional-, cancelaron su registro de derechos de autor de la obra otorgado el 3 de junio de 1998, se la adjudicaron a un confeso pirata y le prohibieron su publicación.
Lo absurdo de este proceso que ya pasó los once años de duración es que el INDECOPI expolió los derechos de autor de Yerovi argumentando literalmente que éste, con sus ironías cotidianas publicadas en un diario peruano, había “puesto en duda la objetividad de la autoridad administrativa, cosa que sería tomada en cuenta para fijar una multa, violentando expresa y flagrantemente con ello, su derecho a la libertad de expresión.
Dos informes de la Defensoría del Pueblo –del 2001 y del 2005- fueron ignorados por la judicatura, así como las decenas de miles de firmas que se pronunciaron a favor del escritor y en contra de este abuso, incluyendo los de la Asociación Pro Derechos Humanos y el Instituto Prensa y Sociedad.
Es más, en abril del año 2007, Nicolás Yerovi fue condenado a cuatro años de pena privativa de la libertad por plagiarse a sí mismo, pero un año después fue absuelto de todo cargo por la Segunda Sala Penal de la Corte Superior de Lima la cual dispuso, además, la anulación de todos los antecedentes policiales y judiciales que hubiera generado tal fallo aberrante.
La Corte Suprema ha nombrado como vocal dirimente a la juez Ana María Valcárcel Saldaña, quien el próximo 10 de mayo escuchará en audiencia pública a la una de la tarde los argumentos de los abogados de Yerovi y de la editorial PEISA, -titular de los derechos de publicación de la obra del renombrado autor-, como los descabellados dichos del abogado del INDECOPI, por la parte querellada.
Tanto Nicolás Yerovi como PEISA están determinados a demandar al Estado Peruano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José, si es que este grosero atentado contra la libertad de expresión se terminara de perpetrar.
La expectativa por poder leer, doce años después de haber sido publicada por PEISA en Bogotá, la novela "Más allá del aroma" de Nicolás Yerovi, es enorme entre las decenas de miles de lectores que siguen diariamente al poeta en Perú.21, pero aquella expectativa habrá de esperar todavía un tiempo más para ser satisfecha.