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Publican la primera traducción peruana del poema épico La Eneida

    Lima, ago. 14 (ANDINA)- De alguna manera, Julio Picasso Muñoz ha tenido que (re)vivir en la centuria anterior al nacimiento de Cristo. Los últimos cuatro años estuvo inmerso en el universo del poeta Virgilio (70-19 a.C.), porque “para su trabajo, el traductor debe meterse en la mente del autor”.

    Es su filosofía. Leyó todos los trabajos posibles –en italiano, francés, español– para estar finalmente satisfecho con su propia traducción del latín al castellano de La Eneida, colosal edición de 467 páginas, publicada por el Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS, 2007).

    El humanista iqueño sabe que la traducción de las lenguas clásicas es una ciencia que lamentablemente se está perdiendo. En América Latina, explica, una de las traducciones más logradas que existen de La Eneida la realizó el jesuita ecuatoriano Aurelio Espinosa Pólit (1894-1961). “Hay traducciones de Virgilio que van desde pésimas hasta infieles. La de Espinosa es la mejor traducción.

    Lo malo es que la hizo en endecasílabos, lo cual dio pie a muchas infidelidades. Pero es un trabajo de 1940 y había malas ediciones”, refiere el especialista. No es su primer abordaje sobre el más grande poeta de la literatura latina. Desde que en el colegio Salesiano, hace cerca de medio siglo, se topó con el latín, Picasso siempre tuvo la ambición de publicar “todo” Virgilio. En 2004 presentó Bucólicas y Geórgicas, dos obras breves pero no menos difíciles. “No se puede traducir La Eneida si no se traducen las obras menores. Virgilio es un hombre evolutivo”, recuerda.

    Ironiza cuando se llama “lengua muerta” al latín. “En lingüística, lengua muerta es aquella en la que no se escribe. Las que tienen obras tan leídas por la humanidad están más vivas que la vida. Y no hay persona en Occidente que se considere culta que no sepa latín.”
    El reconocido especialista en latín, griego y hebreo divide las aguas.

    Primero, que el humanista no tiene nada de mercantilista (por ello, primero estudió ingeniería agrónoma y economía, mientras se especializaba en lenguas clásicas en La Sorbona e Israel, en estas décadas). Y, segundo, que no se debe de considerar a todo intelectual como humanista.

    Solo así se puede hacer propia la máxima humanista: “Nada del humano me es extraño”. Tampoco le es extraño la escasez de humanistas en el Perú. Picasso sabe que vivir contra el mar es parte del oficio humanista. Ya Boecio, en el siglo V, traducía el latín en un momento en que ni los romanos se acordaban del idioma. El humanista, entonces, puede sobrevivir (intelectualmente) ante la adversidad.

    Datos
    - Crisis. “Definitivamente, la educación ha decaído en casi todo el mundo occidental, y no se da importancia a Homero, Virgilio, Aristóteles o Dante. Por ello nos desorientamos
    y aparecen cosas como los fanatismos.”

    - Proyectos. Prepara Dafnis y Cloe, pastoral de tinte erótico, escrito por Longo. También obra de San Basilio y El asno de oro, de Apuleyo.

    - Novedad. Ricardo Silva Santisteban publicará pronto una antología de los traductores peruanos hasta la actualidad.

    - Comparación. “El ‘modo de vida americano’ no tiene nada que ver con el humanismo grecorromano. La incultura, el mercantilismo y ciertos fanatismos nos vienen de los países de lengua inglesa.”

    - Carencia. “En el Perú, no hay ninguna institución donde se enseñe latín como se debiera. Tenemos una Sociedad Peruana de Estudios Clásicos, pero la verdad es que funciona muy mal.”

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