agenda

Domingo
08

.


Agonía en el desierto iqueño

    Una larga agonía y el inútil esfuerzo por reflotarla. Por Antenor Maraví Izarra
    Hoy Huacachina, a pesar del encomiable y denodado esfuerzo de sus moradores, alguno de ellos de reconocido prestigio intelectual por mantener su raigambre cultural, como es el caso del escritor Alberto Benavides Ganoza, quien guiado por su innegable filantropía ha abierto una biblioteca al servicio del pueblo y cada cierto tiempo organiza recitales poéticos y foros sobre variada temática con la presencia de connotados intelectuales especialmente invitados, desde cuyos balcones se divisa la laguna ataviada de lanchas pedaleras que discurren en sus agonizantes aguas, y de cuando en cuando, la entusiasta presencia de jóvenes practicantes del novedoso deporte de sandboard y los carros areneros, administrados por pequeños empresarios; empero, muy a pesar de todos estos atractivos y la sumatoria de nuevos hoteles de hospedaje, la presencia de un puesto policial, la remodelación y el reordenamiento de sus espacios peatonales, es un balneario que agoniza por el agotamiento hídrico, las venas que discurren en su subsuelo alimentando sus insondables entrañas, han empezado a agotarse, irremediablemente está sentenciada a morir, igual que la laguna Orovilca, ubicada a escasos kilómetros de Huacachina, donde José Maria Arguedas, en sus años mozos escribió uno de sus magistrales cuentos.
    Como el emblemático nevado pastoruri del Callejón de Huaylas, que antes fue una accesible pista de patinaje y paseos vivenciales de niños y ancianos, hoy en su mayor parte se ha convertido en una ladera rocosa con escasa nieve, trastocado por la desaparición de los glaciares debido al calentamiento global y los grandes cambios climáticos que empiezan afectar el mundo. Huacachina, confronta similar e irreversible realidad, las napas freáticas que la alimentaban se están extinguiendo, las voces de alarma y control de las aguas subterráneas de Ica, nunca fueron escuchadas ni sancionados a quienes incurrieron en graves faltas, siempre se impuso el poder plutocrático y de quiénes como en la actualidad, los agro exportadores amasan dinero a manos llenas, sin brindar ninguna retribución ni posibilidad de sostenibilidad a sus fuentes hídricas.
    Fuente

No hay comentarios.: